La familia Huerta combina tradición e I+D+i al frente de Fredo la Estrella del Norte

Fredo la Estrella del Norte es el resultado de la tradición artesanal de la anchoa unido a los valores e ilusión del grupo Horizont Family Company. El impulso de la familia empresaria Huerta fue determinante para que la compañía resucitase en mayo de 2018 y mantuviese viva una actividad que comenzó en Sicilia en 1884 y llegó a Cantabria en 1965. Todo un ejemplo de emprendimiento, compromiso social y liderazgo que salvó de la quiebra a una entidad de la que vivían más de 50 familias.

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Descarga de pescado. Imagen «Fredo la Estrella del Norte»

“Nuestro objetivo es mantener la actividad tradicional con la aplicación de nuevos conocimientos de I+D+i”, indicó Manuel Huerta Terán a los estudiantes de sexto de Primaria del CEIP Villa del Mar. Ante un colectivo plenamente familiarizado con la elaboración de anchoas, el presidente la conservera pejina explicó los principales valores corporativos de la entidad. “Capturamos la materia prima exclusivamente en el mar Cantábrico y durante la costera de primavera”, dijo Huerta. “A partir de ahí, nuestro equipo de maestros salazoneros y fileteadoras con más de 30 años de experiencia, sigue un proceso absolutamente artesanal fundamentado en la tradición y especialización de Santoña y Laredo”.

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Trabajadora de «Fredo la Estrella del Norte»

A pesar de que la tradición es un valor fundamental, Fredo la Estrella del Norte es una compañía que innova tanto en la imagen corporativa como a la hora de adaptarse a las necesidades que demandan los consumidores.

La charla forma parte de la programación del proyecto pionero “La Empresa Familiar en las Aulas”. Una iniciativa cuya finalidad es dar a conocer a los escolares el papel y relevancia de la empresa familiar en la economía, promover sus valores y estimular vocaciones emprendedoras entre los más jóvenes. En ese sentido, Huerta Terán destacó la importancia del compromiso medioambiental para mantener vivo “el mejor caladero de anchoas del mundo, que es el del Cantábrico”. El directivo matizó que la empresa posee certificados de pesca sostenible y agricultura ecológica.

El encuentro en las aulas estableció un contexto que el alumnado pudo observar posteriormente en primera persona. En este caso, los estudiantes disfrutaron del proceso completo: desde asistir a la recepción y la compra del pescado en la lonja hasta ver cómo se trata el producto en las instalaciones de la compañía. El edificio situado en Laredo dispone de 10.000 metros cuadrados; es una de las plantas más grandes de España y dispone de todo lo necesario para producir conservas y semiconservas, como cocina industrial, 3.500 metros cuadrados de cámaras frigoríficas y congelador para 50 toneladas de producto.