ACEFAM se suma al IEF para solicitar un gran consenso político y social para acabar con la brecha entre la formación actual y las necesidades de las empresas
La Asociación Cántabra de la Empresa Familiar (ACEFAM) se suma a la preocupación mostrada por el Instituto de Empresa Familiar (IEF) respecto al diferencial que existe entre lo que conocen los más jóvenes en edad de trabajar y las necesidades requeridas para cubrir los empleos vacantes. El presidente del IEF, Andrés Sendagorta, ha aprovechado la clausura de la Asamblea General de socios de la entidad para solicitar una corrección urgente del sistema educativo que permita a las empresas “incorporar el mejor talento posible para evolucionar y progresar”.
Vicente Alciturri y David González Pescador, presidente y director de ACEFAM, estuvieron presentes en esta cita que confirmó la dificultad de las empresas familiares a la hora de incorporar talento. “La diferencia entre la formación reglada que han recibido los estudiantes y nuestras necesidades es algo muy evidente”, indicó Alciturri. “Y esa brecha sigue aumentando”.

Andrés Sendagorta, presidente del IEF.
Esta paradoja, en la que las cifras de desempleo juvenil conviven con la falta de personal en todos los sectores, ya se puso de manifiesto en la encuesta de coyuntura político-económica realizada por ACEFAM durante el pasado acto de Navidad. La voluntad de generar empleo y desarrollo de las familias empresarias (más del 51% manifestaron su intención de incrementar su plantilla en 2023) choca una unanimidad casi absoluta (97% de los encuestados) a la hora de querer contratar y no encontrar los perfiles adecuados.
“Nuestros jóvenes tienen que saber que hay un futuro esperándoles en nuestras empresas”, dijo Andrés Sendagorta en su intervención. “Pero ese futuro está forzosamente ligado a una formación adecuada que satisfaga las necesidades de las empresas de hoy”, matizó el presidente.
Una reflexión con cerró haciendo un llamamiento para garantizar “una remuneración adecuada” de las personas que permita a las organizaciones mantener su competitividad. “Nuestras empresas, para continuar, para avanzar, necesitan ser viables y competitivas. Por eso, la productividad, la eficiencia y el compromiso deben ser ejes centrales del debate por parte de todos”.
Al igual que hizo durante el Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado el pasado mes de octubre en Cáceres, Sendagorta recordó que, a pesar del ruido y la polarización de la situación actual, “los empresarios familiares no somos enemigos de nadie”.
También aprovechó para reivindicar la importancia de las empresas familiares para garantizar el bienestar social y para solicitar unidad a la Administración. “Estamos convencidos de que tenemos por delante un futuro brillante, pero para eso debemos recuperar el clima de proyecto común” continuó. “Algunas afirmaciones del Gobierno no van precisamente en ese sentido”.